La certeza de aprender a ser paciente demasiado tarde, cuando ella no se entera, cuando ya se la llevaron los muertos y esa nena que llora.
De mano en mano van sus día y ninguna es la mía
alejada de esa vida de la que fui motor y alegrías.
Sonriendole al espacio vacío de realidad y lleno de fantasías, estás
yéndote por el arco iris entre nubes grises, guiada por música de acordeones te despedís liviana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario